domingo, octubre 31, 2004

Y Tiene Un Nombre...

Y si, tiene un nombre y ahora lo sé, y ahora también ÉL sabe de mi existencia, aunque no sabe mi nombre. Me gusta saber su nombre y repetirlo, porque lo que no se nombra es como si no existiera, y ÉL existe y logra dibujarme una sonrisa cada vez que le veo. ¿Y cómo fue que me enteré de su nombre y ÉL de mi existencia?. Pues bien,sucedió el 28 de Octubre, en una tarde despejada que prometía una noche con hermosa luna llena, la cita estaba hecha, conocidos y desconocidos acudieron al jardín, yo apenas llegaba al lugar saludando a algunos, buscando café y algo de comer, mi participación sería anónima y sólo en calidad de "apoyo moral" (por lo menos eso contemplaba yo), hasta que G. me dijó que iba a leer, lo reconozco, entré en pánico, y no por leer, sino por leer frente a más de medio centenar de personas, todas las miradas puestas en mí y en mi voz amplificada y por supuesto todos los errores estarían igualmente amplificados, (si si, tengo pánico escénico, tiembla mi voz y me sudan las manos cuando hablo frente a la gente), y cuando le echaba un vistazo el lugar, ahí estaba ÉL con su cámara en mano y su andar despreocupado, en cuanto lo ví me sentí cual adolescente, con mariposas en el estómago y una tonta y nerviosa sonrisa se dibujó casi instintivamente en mi rostro. Ahora los nervios con respecto a mis lecturas aumentaban, ¡definitivamente no podía equivocarme o trabarme! ¡no con ÉL viéndome y escuchándome!. Creo que hasta el momento en que tocó mi turno al micrófono, no se había percatado de mi existencia, yo por supuesto no le pude quitar la mirada de encima (obviamente de una forma discreta) desde que lo ví, llegó el momento de tener el libro en mis manos´, el micrófono frente a mí y la atención de los demás, estaba nerviosa y emocionada, pero ÉL tuvo a bien pararse frente a mí, sacar su cámara (había estado tomando fotos del evento) y exclamar "¡wow!" en cuanto comencé a leer, lo reconozco, mi ego se infló y mis nervios también, sin embargo, no me equivoqué porque sabía que me estaba escuchando. Transcurrió la noche y mi curiosidad hizo que le preguntara a un par de personas si lo conocían, y efectivamente, una de esas 2 lo conoce y muy bien, ÉL es coordinador del hermano S. - ¡caray, no cabe duda que el mundo es un pañuelo!- pensé. S. insistió en que me lo presentaría, yo, guardaré mis complejos en un cajón,bajo llave...

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